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Historia del World of the Warcraft Capitulo 5 Cuarta Parte

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 Historia del World of the Warcraft Capitulo 5 Cuarta Parte Empty Historia del World of the Warcraft Capitulo 5 Cuarta Parte

Mensaje por Abaddon Jue 29 Ago 2013, 15:27

LA VENGANZA DEL TRAIDOR---EL DESPETAR DE LOS NAGA

Traidor? en verdad, fui yo quien fue traicionado? ahora, mis ojos
pueden ver aquello que se oculta a los ojos de los otros. Hay momentos
en que la mano del destino debe ser forzada? Ahora vayan? Suman al mundo
en las mareas de la perdición?.

Sobre las costas de Kalimdor, una siniestra figura emerge en medio de
una naciente tormenta. Enormes alas de murciélago y cuernos de demonio,
sin embargo, la oscura figura no es otro que Illidan Stormrage, el
traidor Elfo nocturno. Ahora, al absorver los poderes de la Calavera de
Gul?dan, ha entrado en conocimiento de profundos secretos que otros, por
muchos milenios, han desconocido. Invocando las oscuras fuerzas de la
profundidad de los mares, Illidan prepara un ejército para asolar
nuevamente a la superficie del mundo.

En la profundidad de los corrompidos bosques de Ashenvale, la Guardiana
Maiev Shadowsong continúa su cacería del traidor Illidan Stormrage. El
Cazador de Demonios, para salvar al bosque de la creciente corrupción de
la Legión Ardiente, consumió los ocultos poderes de la Calavera de
Gul´dan, el malvado brujo orco. Despreciado por los suyos, el ahora
mitad elfo mitad demonio se oculta entre las sombras del oscuro bosque,
mientras su Guardiana intenta regresarlo nuevamente a la profundidad de
la oscura prisión de los Tálamos Oscuros. Sus fuerzas, conocidas como
los Vigilantes, al mando de su segunda de confianza, Naisha, exploran
las ruinas de un destruido asentamiento de los Elfos Nocturnos en la
costa este de Kalimdor. En este momento, unas repulsivas criaturas, con
aspecto de serpiente marina y piel escamosa, les atacan. Estas
desconocidas, llamados Naga, al parecer han plegado su lealtad a
Illidan. Éste, mientras las fuerzas de Maiev combaten con los Naga,
escapa a través del mar en un barco. La Guardiana ordena la persecución.

La flota de Maiev persigue a Illidan a través del Gran Mar. Al cabo de
unos días, llegan a las tempestuosas aguas del Maelstrom. Maiev y sus
Vigilantes desembarcan en un archipiélago desconocido, el cual no figura
en ninguno de los mapas. Este archipiélago corresponde a las Islas
Abruptas, que Gul´dan, con la ayuda de sus clanes aliados, hizo emerger
del fondo del océano durante la Segunda Guerra entre la Horda y la
Alianza. Es allí donde se encuentra la legendaria Tumba de Sargeras,
donde Aegwynn colocó el cuerpo del Señor de la Oscuridad luego de
derrotarlo en Northrend.

Los Elfos Nocturnos erigen una base en la costa de la isla mayor e
inicia la exploración del archipiélago. Observando las antiguas ruinas
de la isla, Maiev se sorprende, pues empieza a reconocer las estructuras
como las que pertenecieron a destruido Imperio de Aszhara.
Sorpresivamente, hallan a un viejo brujo orco llamado Drak´tul, quien
les narra que él fue uno de los brujos del clan Stormreaver que acompañó
a Gul´dan en su aventura en las Islas Abruptas. Muerto Gul´dan por los
demonios guardianes de la tumba, los clanes rebeldes fueron arrasados
por las encolerizadas fuerzas de Orgrim Doomhammer, siendo Drak?tul el
único sobreviviente. Desde esa época, el orco ha vivido como un ermitaño
en las olvidadas islas por veinte largos años. Drak?tul vive atormentado
por los espíritus de los orcos caídos, por lo que ruega a Maiev le ayude
a calmar a los confundidos fantasmas. Luego de luchar contra los
esqueletos orcos, Maiev destruye los antiguos ziggurats por donde los
espíritus regresan al mundo de los vivos. El viejo Drak?tul, perdonado
por la Guardiana, se introduce en su tienda a esperar el final de sus días.

Conforme se acercan a la Tumba, Maiev y las Vigilantes tienen que luchar
contra las bases que los Naga han construido alrededor de la entrada.
Adentrándose en la tumba, Maiev encuentra unas antiguas runas
encantadas, colocadas en las columnas por Gul?dan, donde el brujo narra
su desastroso viaje en busca del Ojo de Sargeras, un poderoso artefacto
mágico que le daría los poderes de un dios. Emboscado por los demonios
que guardan la tumba, Gul?dan muere sin alcanzar su ansiado premio.
Maiev penetra profundamente en el laberinto, hallando a las horribles
criaturas que mataron a Gul?dan, así como una estatua de Aszhara, la
hermosa y caída reina de los elfos. Pero esta estatua es diferente. Se
asemeja a un naga?

Finalmente, Maiev se enfrenta a Illidan y a sus monstruosos Naga. Al
absorber los poderes de la Calavera, Illidan también adquirió la memoria
de Gul?dan, por lo que conocía la localización exacta de la tumba y sus
maléficos poderes ocultos. Illidan ha hallado el Ojo de Sargeras, y para
demostrar sus nuevos poderes, inicia un terremoto para colapsar la tumba
sobre Maiev y sus Vigilantes. La Guardiana logra escapar, gracias a sus
poderes, pero Naisha y sus compañeras quedan atrapadas dentro de la
tumba y son aplastadas por el derrumbe. Jurando vengar a las Vigilantes,
Maiev envía un mensajero hacia Kalimdor, para informar a Shan?do
Stormrage de los planes de su hermano gemelo.

Mientras tanto, en la base del Árbol del Mundo Nordrassil, Malfurion
Stormrage y Tyrande Whisperwind se encuentran organizando las labores
para sanar su dañada tierra. A pesar de haber derrotado y expulsado a la
Legión Ardiente, su corrupción aún carcome a los bosques de Ashenvale.
Mientras discuten las implicaciones de su nuevo hogar, la mensajera de
la Guardiana Shadowsong con el terrible reporte. Reuniendo todas las
fuerzas que pueden, los dos parten hacia las Islas Abruptas.

En las Islas, Maiev y las pocas fuerzas que sobreviven libran una
desesperada resistencia contra los Naga de Illidan. La llegada de
Malfurion y Tyrande inicia una fiera batalla contra las fuerzas del
traidor, pero finalmente, la base de Illidan es destruida. Sin embargo,
el Cazador de Demonios logra escapar nuevamente, dirigiendo a su flota
cada vez más al este.

Desembarcando en el arrasado reino de Lordaeron, Malfurion decide
penetrar en el bosque y comulgar con los espíritus de la naturaleza,
encargando a Maiev y a Tyrande la búsqueda de su hermano. La joven
Guardiana tiene resentimiento hacia la Sacerdotisa, pues la culpa, en
primera instancia, de haber liberado a Illidan. Mientras exploran el
destruido continente, se encuentran con un grupo de Altos Elfos
sobrevivientes.

Liderados nada menos que por el joven príncipe Kael´thas Sunstrider, el
último de la dinastía de Dath´Remar, estos Altos Elfos han jurado
venganza por la muerte de sus hermanos y la destrucción de su reino
encantado, Quel?thalas, por parte del Azote. Por esta razón, se hacen
llamar Elfos Sanguinarios. Sin embargo, para mantener su palabra de
honor, Kael ha decidido que sus elfos sigan siendo fieles a la Alianza.
Kael era miembro del Concejo de los Altos Elfos, y fue uno de los pocos
magos del Concejo que logró escapar de la destrucción de Silvermoon por
parte del Azote.

Kael solicita a las elfas nocturnas que les ayuden a trasladar sus
fuerzas hacia una zona más segura, la villa Pyrewood, controlada por los
humanos, al otro lado del río Arevass. A pesar de las protestas de
Maiev, quien insiste en continuar la cacería de Illidan, Tyrande accede
a ayudar al príncipe elfo. Escoltando su convoy con suplementos y
refuerzos, los Elfos Nocturnos y los Elfos Sanguinarios se adentran en
los peligrosos territorios controlados por el Azote. Tyrande previene al
príncipe acerca de los peligros de la venganza y la ira, y sus
desagradables consecuencias. Al principio, atacados por pequeños
comandos de los muertos vivientes, la caravana logra llegar hasta un
puente. Al otro lado, las fuerzas de la Alianza han logrado detener el
avance del Azote, y es seguro por el momento. Sin embargo, al cruzar el
puente, son atacados por una enorme ola de muertos vivientes. Sabiendo
que la caravana no resistirá el ataque, la Sacerdotisa de la Luna ordena
a los elfos replegarse al otro lado del río, mientras ella retrasa,
invocando los poderes de Elune, al masivo ejército. Aunque la
Sacerdotisa, asombrosamente, logra detener el avance de los muertos, el
inmenso poder desplegado hace colapsar al puente, y Tyrande cae hacia
las turbulentas aguas del río. A pesar de las protestas de Kael, quien
trata de salvar a la Sacerdotisa, Maiev decide que Tyrande está perdida
y ordena continuar la búsqueda de Illidan.

Mientras tanto, en las profundidades del bosque de Silverpine, Malfurion
inicia su comunicación con los espíritus, quienes le advierten que su
hermano planea utilizar los vastos poderes del Ojo de Sargeras para
destruir la base de un glaciar en el helado continente de Northrend. Sin
conocer bien los motivos de Illidan, pero sabiendo que esto podría
provocar la destrucción de todo el planeta, Malfurion parte para
encontrarse con sus aliados.

Extrañado de no encontrar a Tyrande, Malfurion pregunta por el paradero
de su amada. Maiev, sabe que, si le cuenta la verdad al Shan?do, este
partirá de inmediato a buscar a la Sacerdotisa, y la cacería de Illidan
sufriría una nueva demora, por lo que le dice que ella personalmente vio
cuando Tyrande era asesinada por los muertos vivientes y que la única
manera de vengar a la sacerdotisa es hallando al Cazador de Demonios.
Aterrorizado y con el corazón roto por la supuesta pérdida de su amada,
Malfurion decide acabar con Illidan sin importar cual sea el costo.

Las fuerzas aliadas de Elfos Nocturnos y Elfos Sanguinarios viajan hacia
las ruinas de la ciudad de Dalaran, donde los hechiceros naga de Illidan
invocan los oscuros poderes del Ojo de Sargeras, mientras constantes
terremotos empiezan a resquebrajar la integridad de los continentes.
Ambas naciones elfas se unen para resistir y contraatacar a los Naga de
Illidan. Durante uno de los ataques a la base naga, los elfos encuentran
a Magroth, un Paladín de la Orden de la Mano de Plata, quien había sido
capturado por los Naga. Ayudados por los poderes divinos de Magroth, los
elfos logran penetrar en la fortaleza de los Naga, y Malfurion en
persona confronta a su hermano y destruye el Ojo de Sargeras. Mientras
que Illidan lamenta que sus esfuerzos para derrotar a ?nuestro enemigo
común? hayan fracasado, Malfurion logra capturarlo con las enredaderas
de un árbol. La Guardiana Maiev Shadowsong rápidamente lo sentencia a
muerte por sus crímenes, incluyendo la muerte de Tyrande, pero en el
momento en que se apresta a ejecutarlo, el príncipe Kael le dice al
Shan?do que la sacerdotisa aún puede estar viva. Malfurion, decepcionado
y enfadado por el engaño de Maiev, la captura también en una enredadera.
Illidan, al escuchar el predicamento de su eterna amada, inmediatamente
pone a disposición de su hermano a sus naga, para ayudar en el rescate
de Tyrande. Superando más de diez mil años de odios y rivalidades, por
fin, los dos hermanos Stormrage se unen nuevamente en busca de un mismo
objetivo.

En ese momento, Tyrande y un reducido grupo de Centinelas luchan con
todas sus fuerzas contra el ataque del Azote. Las fuerzas combinadas de
los Elfos Nocturnos, los Elfos Sanguinarios y los Naga, sin embargo,
logran arrasar la base de los muertos y replegar a los enemigos, hasta
que finalmente, Illidan en persona rescata a la Sacerdotisa, quien se
asombra de ver quién es su salvador. Con todos a salvo, finalmente
Malfurion e Illidan arreglan sus diferencias y se reconcilian
definitivamente, pero Illidan decide dejar Azeroth para evitar la cólera
de ?su nuevo maestro?. Abriendo un portal interdimensional, el Cazador
de Demonios pasa a otra dimensión. Maiev y los Vigilantes, sin embargo,
encolerizados por la huída del hechicero, rápidamente lo persigue a
través del portal, en un intento de ajusticiar a Stormrage. Shan?do y
Tyrande, finalmente, deciden abandonar el ruinoso Lordaeron y volver a
sus amadas tierras de Kalimdor.

EL APOGEO DE LOS ELFOS DE SANGRE

Los pocos que quedamos de nosotros, nos hacemos llamar Elfos
Sanguinarios, en homenaje a nuestros amados caídos?.

Misma raza: Los amados Bien Nacidos de la reina Aszhara. Aunque
desconfía de los Naga por haber luchado contra ellos, Kael no tiene más
remedio que aceptar la ayuda de las serpientes, y cruza el lago.


Una vez en la isla, los Elfos Sanguinarios se ven obligados a
enfrentarse a algunas fuerzas del Azote que han acampado al otro lado de
la isla. Para colmo, frente al segundo observatorio, los Trolls Amani,
los acérrimos y ancestrales archirivales de los Altos Elfos, han
construido una aldea. Luego de una tremenda lucha contra ambas fuerzas,
Kael finalmente logra su objetivo.

El tercer observatorio, localizado en la costa opuesta del lago, se
encuentra defendido por el último y más poderoso jefe Gnoll, quien
planta gran resistencia al asalto de los Elfos. Luego de enfrentarse
personalmente con Hooger, Kael completa su misión.

Al día siguiente, en la base de la Alianza, Kael y sus elfos se
encuentran listos para movilizarse. En ese momento, llega un emisario de
Garithos, quien informa que un enorme ejército del Azote se aproxima
sobre la base de los Altos Elfos. Sin embargo, Garithos necesita a todas
las fuerzas disponibles en el frente, por lo que ordena que todos los
humanos se dirijan hacia su base. Esto deja prácticamente indefenso a
Kael y sus hermanos. En el momento de atacar los muertos vivientes,
nuevamente Vashj y los Naga aparecen y ofrecen su ayuda al joven
Príncipe. Una vez que los muertos han sido derrotados, Garithos llega a
la base de Kael justo en el momento en que Vashj y sus Naga dejan el
combate. Enfurecido, el Gran Mariscal acusa a Kael de traición y envía a
encerrar a todos los elfos en las prisiones mágicas de Dalaran.

Kael´thas y sus elfos sanguinarios languidecen su prisión en las mágicas
mazmorras de Dalaran, aguardando su inevitable ejecución a mano de
Garithos. Lady Vashj y sus naga logran infiltrarse en los acueductos de
la ciudad y liberan al príncipe elfo. Kael les dice que su gente está
empezando a enloquecer debido a la gran ausencia de magia a la cual se
ven expuestos desde la destrucción del Pozo del Sol, entonces Vashj le
ofrece una nueva fuente de poder mágico bajo la sombría mano de su
maestro, Illidan Stormrage, quien puede saciar las necesidades de magia
de los elfos sanguinarios. Kael cae en una encrucijada: morir ejecutado
por los humanos o entregarse a la voluntad del semi-demonio. Los elfos
sanguinarios deciden dejar atrás Lordaeron y aceptan la oferta de Vashj.

En la profundidad de los laberintos de Dalaran, Kael y Vashj deben
enfrentarse a las fuerzas de Garithos, a la vez que liberan a los elfos
sanguinarios prisioneros. Al llegar a la gran biblioteca, Kael percibe
la energía de los fantasmas de los archimagos asesinados por Arthas
durante el asedio de la Ciudadela Violeta, los cuales continúan luchando
después de muertos, reviviendo su última batalla. Después de darles paz
a sus espíritus, Kael debe enfrentarse al carcelero de Dalaran, un viejo
amigo suyo, quien está dispuesto a no dejarlos escapar, por lo que Kael
tiene que matarlo. Finalmente, al salir a la superficie, Vashj informa a
Kael que el antiguo portal que el Lich Kel´thuzad utilizó para que
Archimonde entrara en Azeroth continúa abierto, y es por allí donde van
a escapar.

Mientras los ingenieros elfos levantan una serie de torres alrededor del
portal, Kael y Vashj luchan contra las fuerzas humanas de Garithos que
intentan evitar el escape. Finalmente todos los elfos sanguinarios han
logrado pasar a través del portal, dejando atrás para siempre, la tierra
que los cobijó por diez mil años.

El nuevo mundo es una dimensión caótica, rocosa, seca y rojiza, de
retorcida vegetación. Esta nueva dimensión se llama Outland, y
corresponde al remanente de lo que fue el antiguo Draenor, el hogar
original de los orcos, destruido por los múltiples portales de Ner?zhul.
Después de muchos días de buscar a Illidan, las fuerzas de Vashj y Kael
finalmente dan, asombrados, con un campamento de elfos nocturnos. En él,
la Guardiana Maiev Shadowsong finalmente ha logrado capturar al antiguo
Cazador de Demonios, y enjaulándolo en una celda especial, se dispone a
volver a Ashenvale para ajusticiar al traidor. Una tremenda batalla se
da entre ambas fuerzas. Maiev, recordando la imprudencia de Kael cuando
la delató ante Malfurion, y viendo que el príncipe elfo se ha aliado con
la Naga, pone feroz resistencia al ataque. Luego del fiero combate,
Maiev es mortalmente herida por una flecha de Vashj, y derrotada, pierde
a su presa. Illidan es finalmente liberado. La Guardiana, aunque aún
vive, escapa junto a sus Vigilantes en la incertidumbre del rojo mundo.


Kael e Illidan son presentados. El Cazador de Demonios le revela al
joven príncipe que tanto los naga como los altos elfos una vez fueron
una sola raza, los ilustres Bien Nacidos, los favoritos de Aszhara, la
enloquecida reina de los Elfos Nocturnos. Cuando Illidan fue liberado
por Tyrande de la prisión de los Tálamos Profundos, secretamente fue
contactado por nada menos que Kil?jaeden el Embaucador, quien le reveló
la existencia del Rey Lich Ner?zhul, encerrado en el Trono de Hielo en
Northrend. Kil?jaeden sabe que el Rey Lich planea liberarse a toda costa
de su prisión, y se ha enterado de la traición de Arthas, quien informó
al mismo Illidan de la existencia de la Calavera de Gul?dan, que a la
postre le costó la victoria a la Legión Ardiente. Ahora, temiendo que el
Rey Lich llegue a ser demasiado poderoso si logra liberarse, Kil?jaeden
promete a Illidan poder infinito por destruir el Trono de Hielo. Esa es
la razón de que Illidan robara el Ojo de Sargeras en primer término, con
el propósito de crear un gran cataclismo que destruyera Northrend y al
Rey Lich.
Ahora que ha fracasado gracias a la intervención de Malfurion y Tyrande,
Illidan teme que Kil?jaeden derrame su furia sobre él, por lo que ha
decidido ocultarse en Outland.

Para asegurarse el dominio del destruido mundo, Illidan decide destruir
la Ciudadela Negra, una fortaleza que está regida por Magtheridon, un
Señor del Foso subordinado a Mannoroth el Destructor, quien ejerce su
brutal poder sobre Outland en nombre de la Legión Ardiente. Illidan sabe
que para vencer a Magtheridon, primero necesita destruir tres portales
mágicos remanentes de los construidos por Ner?zhul, de donde el Señor
del Foso obtiene refuerzos provenientes del Torbellino de la Nada.

Luego de asediar y destruir el primer portal, las fuerzas de Illidan se
encuentran con Orcos del Caos, sobrevivientes del colapso de Draenor que
han sido esclavizados por Magtheridon y reclutados en el ejército de la
Legión. Estos Orcos del Caos, corrompidos por el maligno poder de la
Legión, se encuentran dirigidos por Rend y Main, los hijos de Blackhand
el Destructor, Señor de la Guerra durante la Primera Guerra contra los
humanos. Convertidos ahora en despiadados orcos del caos, Rend y Main se
opondrán a todos los planes de Illidan. Para su fortuna, éste encuentra
a Akama, el último chamán de los draenei, quien resiste el asalto de las
fuerzas de los orcos en una pequeña ciudad mortuoria, el último vestigio
de su agonizante civilización. Illidan ofrece a los draenei ayudarles a
derrotar a los orcos si estos les ayudan en la guerra contra Magtheridon.

Destruidos los tres portales, Illidan y los suyos inician el asedio de
la formidable fortaleza de la Ciudadela Negra. Gracias a los poderes de
camuflaje de los draenei, Akama logra penetrar dentro de la fortaleza, y
destruye las torres y sistemas de seguridad, permitiendo el asalto de
Illidan, los naga y los elfos sanguinarios. Kael y Vashj se encargan de
matar a los lugartenientes de Magtheridon, la diabólica demonesa
Sucubus, la Dama de los Tormentos, y el Señor de la Destrucción, un
voraz demonio de la Guardia de la Perdición, y tras asesinar a Rend y
Main, finalmente Illidan enfrenta a Magtheridon. Este cree que Illidan
es un agente de la Legión que viene a probarlo, pero Illidan lo despacha
rápidamente y reclama Outland para él.

Aún no ha terminado de saborear su victoria, cuando una enorme nube de
energía caótica se forma en el horizonte. Kil?jaeden el Embaucador
aparece frente a Illidan y sus seguidores. Le reclama su estupidez al
pretender ocultarse de él en Outland, y le ofrece a Illidan una última
oportunidad para destruir el Trono de Hielo para escapar de su rabia.
Temeroso, Illidan accede. Vashj y los Naga, y Kael y los Elfos
Sanguinarios juran lealtad a Illidan y viajan con él a Northrend,
mientras que Akama y los draenei asegurarán las fuerzas del Cazador de
Demonios en Outland.

*Guerra Civil en las Tierras de la Plaga. La Rebelión de los Forsaken*
Desde hoy en adelante, solamente seremos los Forsaken?.

En los arruinados jardines de la Ciudad Capital de Lordaeron, los
Señores del Terror Nathrezim, los generales de Arquimonde, discuten
acerca de sus futuros planes para la Legión, mientras son secretamente
observados por el lich Kel?thuzad y la banshee Sylvanas Windrunner, la
antigua Ranger elfa. Los tres Señores del Terror, Balnazzar, Detheroc y
Varimathras, no han tenido noticias de Archimonde desde hace meses y
comienzan a sentirse ansiosos. Detheroc y Varimathras argumentan
abandonar al Azote y volver al Torbellino del Vacío, pero Balnazzar, el
mayor y más poderoso de los tres, piensa que Archimonde los contactará,
por lo que deben mantener sus posiciones. Cuando la reunión está a punto
de terminar, súbitamente las puertas de los jardines son derribadas, y
Arthas aparece.

Agradeciéndoles por cuidar de su reino, el Caballero de la Muerte ordena
a los Nathrezim abandonar inmediatamente Lordaeron o sufrir su furia.
Balnazzar lo refuta y los tres Señores del Terror desaparecen fuera de
su alcance. Kel?thuzad y Sylvanas se acercan y congratulan al príncipe.
Arthas se nombra a sí mismo como Rey de Lordaeron, y decide terminar de
erradicar a la humanidad de sus tierras. Los tres generales del Azote se
separan y se dirigen a destruir a los últimos refugiados humanos de
Lordaeron. Mientras luchan por asesinar a todos los humanos
sobrevivientes, Arthas sorpresivamente se encuentra con dos paladines de
la Orden de la Mano de Plata, quienes se disponen a resistir al Azote y
permitir el escape de los humanos. Dagren el Cazador de Orcos y Magroth,
quien ayudara a Malfurion y Tyrande en su batalla con Illidan, han
organizado un grupo de resistencia entre los remanentes de la Alianza de
Lordaeron, y resisten el embate del Azote. Finalmente, Arthas,
Kel?thuzad y Sylvanas logran derrotarlos y asesinarlos. Lordaeron ha
dejado de ser un reino humano.

Todavía Arthas no acaba de celebrar su naciente victoria, cuando es
repentinamente atacado por una convulsión psíquica, proveniente del Rey
Lich. Ner?zhul advierte al Caballero que la ciudadela de Icecrown se
encuentra bajo inminente ataque, e inmediatamente le ordena volver a
Northrend para defender el Trono de Hielo. Para empeorar las cosas, los
grandes poderes del Rey Lich cada vez van menguando continuamente. El
Caballero de la Muerte suspende la cacería y regresa a la Ciudad Capital
junto a Kel?thuzad para hacer los preparativos del viaje a Northrend.

Mientras tanto, en la oscuridad de los remotos bosques de los Claros de
Tirisfal, Sylvanas Windrunner se reune en un mitting secreto con los
tres señores del terror Nathrezim. Con el debilitamiento del Rey Lich,
la banshee ciertamente ha recuperado el control sobre sí misma y sus
acciones, y se ha independizado del poder de Ner?zhul. Silvanas desea
desesperadamente tomar venganza por su condición de muerto viviente y
por la destrucción de su amada Quel?thalas. Los Nathrezim han confirmado
la derrota de la Legión Ardiente a manos de los ejércitos mortales, y
desean tomar el control del Azote destruyendo a Arthas y a Kel?thuzad.
Silvanas acuerda con ellos destruir al Caballero, pero se niega a
revelar sus métodos. La reunión se disuelve, y los Señores del Terror se
preparan para la rebelión.

De vuelta en el destruido palacio de Terenas, Arthas y Kel?thuzad
discuten acerca de las posibles causas de la debilidad del Rey Lich y
sus consecuencias para el Azote. En ese momento, Balnazzar, Detheroc y
Varimathras aparecen, y toman control mental de los guerreros del Azote.
Arthas y Kel?thuzad son separados, y el Caballero de la Muerte se ve
obligado a combatir, con fuerza y astucia, a sus anteriores fieles
guerreros.

Una vez fuera de la capital, aparecen las banshees de Silvanas, que
ayudan a Arthas a escapar y lo conducen a él y sus tropas a un desolado
claro en medio del bosque, en las afueas. Allí, las banshees destruyen a
las tropas de Arthas, y Silvanas aparece, lanzando una flecha envenenada
al Caballero de la Muerte. Prometiendo darle una muerte tortuosa y
horrible, Silvanas se dispone a acabar con Arthas, pero en ese momento,
aparece Kel?thuzad con fuerzas leales, y las banshee huyen en medio de
la oscuridad. Satisfechos de haber ahuyentado a las fuerzas rebeldes,
los dos líderes de los muertos vivientes se dirigen hacia los muelles.
Arthas deja el Azote en manos de su fiel Kel?thuzad y parte con su flota
hacia Northrend. (Rasganorte)

LA DAMA OSCURA

Mientras tanto, en las Tierras devastadas por la Plaga, Silvanas y los
muertos vivientes que han logrado liberarse del control mental del Rey
Lich, discuten acerca de su futuro. Silvanas se encuentra profundamente
enfadada con Arthas por haberla condenado a la eterna maldición de la
no-muerte. Varimathras aparece y le ofrece unirse al nuevo orden de los
Señores del Terror de Lordaeron, pero ella refuta vehementemente y
responde que solamente odia a Arthas un poco más de lo que odia a los
Nathrezim. Varimathras promete venganza por la insolencia y desaparece.

Ante el inminente ataque del Señor del Terror, Silvanas ordena a sus
banshees buscar fuerzas suficientemente fuertes para combatir. Las
banshees poseen a varias tribus de Gnolls, ogros y bandidos humanos que
se encuentran ocultos entre los bosques. Con la ayuda de estas poderosas
fuerzas, Silvanas logra vencer a Varimathras y arrasar su base. Cuando
la Ranger oscura se prepara para despachar al Señor del Terror,
Varimathras ofrece hacer un trato con ella a cambio de su vida:
Varimathras le ayudará a derrotar a sus dos hermanos, Detheroc y
Balnazzar. Aunque Silvanas sospecha de las verdaderas razones de la
alianza con el Señor del Terror, acepta el trato.

Las fuerzas de Silvanas y Varimathras se preparan para asaltar la base
de Detheroc en el este de la Ciudad Capital. Detheroc, para fortalecer
sus fuerzas, ha controlado mentalmente a un general de la Alianza, que
no es otro que el despreciable Mariscal Garithos, por lo que las
inmensas fuerzas del Mariscal están al servicio de Detheroc. Utilizando
la habilidad de sus banshees para poseer a los soldados de Garithos,
Silvanas y Varimathras penetran en la ciudad y rápidamente empiezan a
despachar a las fuerzas de Detheroc. Muerto el Señor del Terror,
Garithos ha recobrado la conciencia. Con Balnazzar fuertemente
atrincherado en la Ciudad Capital, Silvanas ofrece una alianza a
Garithos. Aunque éste desacuerda unirse con los repulsivos muertos
vivientes, Silvanas le ofrece entregarle nuevamente la Ciudad Capital
una vez que Balnazzar sea destruido. Ante la inminente oportunidad de
alcanzar gloria y fama, el Mariscal acepta, pero secretamente, Silvanas
confiesa a Varimathras el engaño.

El asedio de ambos ejércitos sobre Lordaeron es impresionante, dada la
gran resistencia de Balnazzar, y muchos soldados caen en la batalla,
pero finalmente, el último Señor del Terror es acorralado. Como examen
final para su lealtad, la Dama Oscura ordena a Varimathras asesinar a
Balnazzar, pero es prohibido para un Nathrezim matar a otro Nathrezim.
Ante la insistencia de la Ranger oscura, Varimathras ejecuta a
Balnazzar. Garithos reclama la Ciudad Capital para los humanos, pero
Silvanas muestra sus verdaderas intenciones y ordena a Varimathras matar
a Garithos, lo que este hace con placer. Finalmente, Silvanas proclama
que Lordaeron es suyo, y que ahora en adelante, ella y sus muertos
vivientes solamente serán conocidos como los Forsaken.

UNA SINFONIA DE HIELO Y FUEGO, LA ASCENSION, EL REY LICH TRIUNFANTE

Mientras Silvanas se hacía con el poder en Lordaeron, la flota de Arthas
desembarcaba en Northrend. En el momento en que sus tropas se encuentran
desembarcando en la Bahía Daggercap, son repentinamente atacados por
jinetes halcones de los Elfos Sanguinarios. Sorprendido de ver elfos en
esas desoladas tierras, Arthas ordena sus muertes. Durante la batalla,
la tierra empieza a temblar, y de las profundidades de un profundo
abismo, una gigantesca criatura semejante a un escarabajo emerge a la
superficie y acaba con los elfos. El guerrero se identifica como
Anub?Arak, el último rey de los nerubians, ahora transformado en un
Señor de la Cripta por los grandes poderes nigromantes de Neru'zhul.
Será su guardaespaldas durante la travesía hasta Icecrown. En ese
momento, aparece una figura en medio del campamento: es Kael?thas, el
príncipe de los Elfos Sanguinarios. En efecto, Kael informa a Arthas de
la cercana destrucción del Rey Lich al mando de las fuerzas combinadas
de elfos y naga al mando de Illidan, y Arthas no podrá hacer nada. Es la
venganza de los Altos Elfos por la destrucción de Quel?thalas y otros
insultos.

Kael desaparece, y las fuerzas del Azote penetran en Northrend.
Anub?Arak propone cortar camino penetrando en el oscuro reino
subterráneo de Azjol-Nerub, y Arthas acepta, pero para llegar a la
entrada de las catacumbas, deben vencer a una enorme fuerza de guerreros
naga que guarda la entrada. Ante la constante debilidad del Caballero de
la Muerte, Anub?Arak y Arthas deciden atacar a un dragón azul que vive
cerca de la zona, que no es otro que el poderoso Sapphiron, el sirviente
de Malygos, que durante milenios ha defendido el ancestral cementerio de
los dragones, el Dragonbligth. Tras una gran batalla con Sapphiron,
finalmente el dragón cae, y Arthas, utilizando los poderes nigromantes
de Frostmourne, lo anima como un Wyrm de hielo. Con la ayuda de
Sapphiron, Arthas y Anub?Arak se abren paso entre las fuerzas de los
naga, y finalmente penetran en el cañón que lleva a las catacumbas de
Azjol-Nerub.

En la entrada hallan otra sorpresa. Una banda de enanos les cierra el
paso. Son los enanos de Muradin Bronzebearb, a quien Arthas traicionara
cuando ambos fueron en la búsqueda de Frostmourne. Los enanos han
permanecido en Northrend desde entonces, al mando de Baelgun, primer
lugarteniente de Muradin, con el objetivo de vengar a su camarada. Sin
embargo, durante su estadía en Northrend, los enanos han despertado un
profundo y terrible mal que duerme bajo la tierra. Arthas y Anub?Arak,
con la ayuda de Sapphiron, derrotan a los enanos y penetran en las
catacumbas.

Una vez dentro de la gruta, Baelgun ordena dinamitar un valioso puente
hacia el interior del Viejo Reino nerubian. Arthas y Anub?Arak deben dar
un gran rodeo por el llamado Reino Inferior, enfrentándose a los enanos
de Baelgun a cada paso y a las ocultas trampas colocadas antaño por los
nerubians durante la Guerra de la Araña. Derrotado Baelgun por el poder
de los héroes muertos vivientes, inician el ascenso hacia el Reino
Superior, donde las fuerzas rebeldes de los nerubians sobrevivientes se
oponen al paso de su antiguo señor. Durante el ascenso, se encuentran
con el peligro que tanto temían los enanos: los Sin Rostro (Faceless
One). Estas monstruosas criaturas con enormes tentáculos, levantadas en
lo profundo de la oscuridad de Azjol-Nerub, se constituyen un gran
adversario para Arthas y Anub?Arak.

Luego de muchas vicisitudes, se enfrentan con el líder de los Sin
Rostro, el Olvidado (Forgottem One), una enorme criatura con miles de
tentáculos, gigantesca como una montaña. Arthas y Anub?Arak luchan con
todas sus fuerzas, hasta que logran derrotarlo.

Una vez en el Reino Superior, un tremendo terremoto produce un derrumbe
y ambos héroes son separados. Arthas, solo, trata de escapar hacia la
superficie, perseguido por los malvados Sin Rostro, que añoran venganza,
y cruzando un enorme laberinto de túneles. Finalmente, se encuentra con
Anub?Arak y salen a la superficie, justo en la base de Icecrown.

Horas después, el Azote ha colocado sus bases cerca del Trono de Hielo.
El Rey Lich se comunica mentalmente con Arthas de nuevo, y le explica
que Frostmourne una vez fue parte del Trono de Hielo, pero que él ordenó
retirar la espada con el objetivo de que Arthas la encontrara y
eventualmente le condujera a Icecrown. El hueco dejado por Frostmourne
ha drenado su poder desde ese momento.

Cuatro inmensos obeliscos rodean Icecrown, y los cuatro deben estar
activados para abrir la cámara que conduce al Trono de Hielo. Del otro
lado del glaciar, Illidan y sus fuerzas, los Naga y Elfos Sanguinarios,
se preparan para el ataque final. Illidan promete que este será el día
en que el temible Azote llega a su fin, mientras Arthas decide que
Illidan ya se ha entrometido suficiente en sus planes. Una tremenda
batalla entre las fuerzas de Illidan y el Azote se entabla alrededor de
Icecrown. Continuamente, el control de los obeliscos cambia de manos,
pero finalmente, el Rey Lich concentra todos sus poderes en su campeón,
y el Azote resulta vencedor.

En un último y desesperado intento por evitar que Arthas ingrese a la
cámara del Trono de Hielo, Illidan se enfrenta cara a cara con el
Caballero. Los dos guerreros más poderes de la historia de Azeroth,
frente a frente, luego de muchas eras. Las Espadas Curvas de Azzinoth y
la poderosa Frostmourne relumbran con cada golpe, pero Arthas,
utilizando todas sus fuerzas, logra herir mortalmente en el estómago a
Illidan, que cae sobre la nieve y rápidamente se desangra.

Con su enemigo vencido, Arthas procede a ingresar a la cámara. Conforma
asciende la congelada escalinata hacia el Trono de Hielo, la cámara se
va destruyendo y cae a su alrededor. Las voces de sus antiguos amigos y
amados, el Rey Terenas, Uther Lightbringer, Muradin Bronzebearb y el
archimago Antonidas, que él ha destruido en nombre del Rey Lich, acosan
su cabeza. Una vez en la cima, la temible armadura de Ner?zhul, donde su
espíritu maligno se halla encerrado, lo conmina a romper el bloque de
hielo y completar el círculo. Con un último grito de desesperación,
Arthas incrusta a Frostmourne en el bloque de hielo, que se rompe en mil
pedazos y libera la armadura. Tomando el yelmo de Ner?zhul, que ha caído
a sus pies, Arthas se lo coloca, cual corona, sobre su cabeza. En la
profundidad de la gruta, la tenebrosa voz del Rey Lich resuena como una
profecía y una maldición: ?Ahora, somos uno.?

Los destinos de Arthas y del Rey Lich se han fundido. Sentado sobre el
Trono de Hielo, triunfante, el Señor del Azote, el ser más poderoso
jamás visto sobre Azeroth, maquina su siguiente golpe sobre el mundo?

VIEJOS ODIOS LA COLONIZACION DE KALIMDOR

No, ustedes nunca cambiarán. ¡Y yo nunca dejaré de combatirlos!


Ignorantes de los terribles eventos que han acontecido en Lordaeron y
Northrendo, los ejércitos mortales que lucharon contra la Legión
Ardiente en la Batalla del Monte Hyjal, se han asentado en las
inhóspitas y maravillosas tierras de Kalimdor. Thrall, el noble jefe de
la nueva Horda, ha guiado a los orcos hacia la costa donde primeramente
desembarcaron, al Este de los Barrens. Asegurándole una nueva nación
donde los orcos puedan vivir en paz e iniciar el proceso de
reconciliación con los espíritus de la Naturaleza, Thrall ha nombrado a
esta tierra Durotar, en honor a su heróico padre. En un gran cañón cerca
de la costa, la gran ciudad guerrera de Orgrimmar (nombrada así en honor
al legendario Orgrimm Dommhammer) ha empezado a ser erigida, para que
los orcos, después de muchas penurias, por fin tengan un lugar al que
llamar hogar.

En las abruptas fronteras salvajes de Durotar, cerca de la ciudad de
Orgrimmar, un Mok?Nathal, conocido como Rexxar, se lamenta por las
continuas guerras en las llamadas ?razas civilizadas? de Azeroth. No
está claro cómo Rexxar llegó a Kalimdor, pero por años, este noble medio
orco-medio ogro ha vivido solitario, con la única compañía de su fiel
oso Misha, por lo cual a desarrollado una fuerte empatía con las fuerzas
animales del mundo. Al oir los ruidos cercanos de una batalla, Rexxar
acude prontamente para descubrir el origen de la misma.

Cerca de un despoblado, Mogrim, un orco explorador de Orgrimmar, ha sido
atacado por varios quillboars, los salvajes hombres-jabalí, y lo han
herido mortalmente. Rexxar acude en su socorro y despacha a los
quillboars. Mogrim, en su agonía, se lamenta de no poder llevar su
importante reporte a Thrall, por lo que su honor se verá manchado.
Prometiendo llevar el mensaje para honrar al moribundo, Rexxar parte
hacia Orgrimmar, mientras Mogrim entrega su espíritu a sus ancestros.


Una vez entregado el reporte a Thrall, el Señor de la Guerra ofrece la
hospitalidad de Orgrimmar a Rexxar. Éste agradece la oferta, pero desea
asistir, a modo de agradecimiento, a los orcos en la construcción de su
nación. Para asistir a Rexxar, Thrall asigna a Rokhan, un Cazador de
Sombras, uno de los líderes de la tribu troll de los Darkspear.

La primera tarea de Rexxar le es asignada por el viejo chamán Drek?thar,
quien necesita crear una poción que pueda sanar a los guerreros de la
Horda en la batalla, pero tal poción requiere muchas muestras de una
planta conocida como shimmerweed. Esta planta, desafortunadamente,
solamente crece en la region de Thunder Ridge, una peligrosa zona
habitada por peligrosos Lagartos del Trueno. Thunder Ridge es una
maravilla ecológica, pero extrañamente, los lagartos se han vuelto
repentinamente más agresivos de lo acostumbrado. Dirigiéndose hacia
Thunder Ridge, Rexxar y Rokhan logran recolectar los especímenes
necesarios para la poción, pero no logra dilucidar la causa de la
violencia de las bestias.

Nazgrel, en fiel lugarteniente de Thrall, ha sido nombrado jefe de
seguridad, y envía a Rexxar y Rokhan a combatir a una banda de Harpías
que ataca continuamente las caravanas de suplementos de la Horda, y
recomienda eliminar a la líder de las Harpías, una sanguinaria criatura
llamada Bloodfeather. Combinando sus amplios conocimientos de las
bestias acerca de la cacería, Rexxar y Rokhan localizan a Bloodfeather y
la matan.

Dirigiéndose hacia el sureste, Gazlowe, el jefe de ingenieros Goblin de
Orgrimmar, ha localizado una fuente de agua fresca para los acueductos
de la ciudad, sin embargo, han penetrado profundamente en los túneles
dominados por los Kobolds, siniestras bestias rata, que han saboteado
los acueductos. Con la ayuda de Rexxar y Rokhan, la amenaza Kobold es
contenida.

Completadas estas simples tareas de exploración, Thrall desea que Rexxar
viaje hacia un puesto de observación orco hacia el este. El líder orco
ha recibido informes acerca de inusual actividad humana en la costa de
Durotar. En el puesto de observación, Gar'thok, lugarteniente de
Nazgrel, informa a Rexxar que no ha recibido informes acerca de
actividad humana, pero el Observatorio de la Horda ha sido atacado por
un grupo rebelde de Quillboars. Rexxar y Rokhan se encargan de las
bestias. Sin embargo, descubren que, efectivamente, los humanos han
iniciado los preparativos para una invasión a Durotar.

De regreso en Orgrimmar, Drek?thar ha descubierto la causa de la
violencia de los lagartos trueno: los humanos han construido un
aserradero en Thunder Rinde y han deforestado el bosque. Abrumado por
las noticias acerca de la posible hostilidad humana, Thrall no puede
cree que Jaina Proudmoore, la líder de los humanos en Kalimdor, haya
roto su pacto de no agresión. De regreso en el puesto de Gar?thok,
Rexxar descubre que los humanos han arrasado con el campamento orco, por
lo que decide contraatacar y acabar con los humanos.

Una vez en Orgrimmar, Rokhan demuestra su preocupación por la suerte de
sus hermanos, los trolls Darkspear, que han ocupado las islas Echo
frente a Durotar. Rexxar y Rokhan viajan a las islas, donde encuentran a
Vol?jin, hijo de Sen?jin, nuevo líder de los Darkspear. Allí, se ven
obligados a combatir el bloque que la flota humana a puesto a las islas
trolls. En efecto, Rexxar ha comprobado que el enemigo corresponde a la
poderosa Armada de Kul Tiras, la nación marítima de la Alianza.

Los Darkspear son evacuados al continente, y Rexxar regresa con Thrall.
El líder orco se entera de que los humanos portan un estandarte cuyo
símbolo es un ancla. Thrall no recuerda dónde había observado antes ese
símbolo, pero dice a Rexxar que ha pactado una reunión secreta con Jaina
para discutir la situación. Sospechando una trampa, Rexxar viaja hacia
Razor Hill en lugar de Thrall y, efectivamente, comprueba la emboscada.
Derrotados los asesinos, Rexxar informa a Thrall de la situación.

Thrall decide enviar a Rexxar hacia la ciudad de Jaina, Theramore, donde
los sobrevivientes de Lordaeron han fundado su nuevo hogar. Cerca de la
nueva aldea Darkspear en la costa de Durotar, Vol´jin ofrece a Rexxar la
ayuda de Samuro, un hábil maestro de las espadas, quien se infiltra en
la cercana base humana, y colocando varios explosivos, logra hacer que
Rexxar y Rokhan tomen un barco a Theramore.

Una vez en la ciudad, Rexxar confronta a Jaina Proudmoore y le reprocha
sus actos contra la Horda. Jaina, sin embargo, se sorprende ante los
cuestionamientos de Rexxar y deciden averiguar el meollo del asunto. De
vuelta en tierra firma, descubren que el campamento humano ha sido
arrasado por una tremenda fuerza de guerreros naga. Luego de acabar con
los naga, un soldado moribundo informa a Jaina de que su padre, el Gran
Almirante Daelin Proudmoore, ha logrado encontrarla luego de muchos
viajes por el Gran Mar. El Almirante, luego de la destrucción de
Lordaeron por el Azote, ha navegado por el océano con el objetivo de
hallar signos de sobrevivientes humanos y de su hija. Sorprendida al oir
noticias de su padre, Jaina y sus aliados de la Horda regresan a Theramore.

Una vez en el salón principal del palacio, son inmediatamente
interrumpidos por la llegada de cientos de marinos de Kul Tiras,
dirigidos por el Almirante en persona. El Almirante es reconocido como
un gran héroe de la Segunda Guerra contra los orcos, y se alegra de
encontrar a su hija. Sin embargo, al observar a las bestias que la
acompañan, ordena asesinarlas. Jaina se opone vehementemente, y su padre
cree que ha enloquecido, pero Jaina trata de explicarle la nueva
situación con respecto a la Horda. El Almirante, sin embargo, no puede
perdonar los salvajes actos de los orcos durante las Guerras, e
igualmente continuará adelante la operación: no puede arriesgarse a que
los orcos vivan y vuelvan a amenazar a la humanidad.

Rexxar y Rokhan pelean su libertad ante el ataque de los marinos, y
astutamente, se ocultan entre las calles y canales de Theramore, hasta
que logran escapar y vuelven a la seguridad de Durotar. Vol?jin los
espera en la villa Darkspear y les recomienda viajar hacia las praderas
de Mulgore, donde los Tauren de Cairne Bloodhoff se han asentado y han
construido la ciudad de Thunder Bluff. Asegurándose la alianza de los
poderosos Tauren, la Horda tendrá una oportunidad contra la Alianza.

Rexxar halla a Cairne hundido en una profunda depresión. El anciano jefe
lamenta la captura de su hijo Baine a manos de los Centauros, por lo que
Rexxar se compromete rescatar al joven Bloodhoff. Con la ayuda del
lugarteniente de Cairne, el poderoso Tauren Tagar Windtotem, Rexxar
rescata a Baine, y Cairne decide acompañarlos de vuelta a la aldea
Darkspear.

Allí, Vol?jin a dado asistencia a un ogro herido. Éste dice pertenecer
al clan Stonemaul, el cual ha caído bajo el poder de un malvado jefe
llamado Kol?garr, que lo está llevando a la autodestrucción. Pensando
que los ogros pueden ser útiles en la batalla que se avecina, Rexxar
parte hacia la aldea de los Stonemaul, donde solicita a Kol?garr su
ingreso al clan, por ser él medio ogro. Kol?garr lo obliga a pasar por
el Guantelete, un enorme cañón lleno de bestias, como prueba para
ingresar al clan. Pasada la prueba, Rexxar incita a Kol?garr a ayudar a
los orcos contra la Alianza, pero Kol?garr se niega por considerar
inferiores a los orcos. Como miembro del clan Stonemaul, Rexxar reta a
Kol?garr por el poder del clan, y luego de un gran batalla contra el
monstruo, lo vence. Como nuevo líder de los Stonemaul, Rexxar ordena
asistir a la Horda en la batalla.

Thrall agradece a Rexxar el haber incorporado a la Horda nuevamente a
sus antiguos aliados. Una vez reunidos varios ingredientes para
consagrar el estandarte chamanístico de la Nueva Horda, Thrall solicita
a Rexxar que sea su General durante la batalla.

Las fuerzas combinadas de orcos, tauren, trolls y ogros, asaltan el
campamento humano en la costa de Durotar, expulsándolos de la tierra
firme. Sabedor de que el Almirante nunca se detendrá hasta acabar con
los orcos, Thrall ordena la invasión a Theramore. A intancias de Jaina,
promete respetar a las fuerzas de la Guardia que le son leales a la
hechicera. Luego, un asalto sobre el puerto Goblin frente a Theramore
les permite hacerse con varios buques de guerra, con los cuales rompen
el bloqueo de la marina de Kul Tiras.

La Horda desembarca en Theramore y aplasta a las fuerzas del Almirante,
rememorando las viejas batallas de la Segunda Guerra. Rexxar se enfrenta
cara a cara con Proudmoore. A pesar de que Rexxar trata de convercer al
Almirante de que la Horda ya no constituye una amenaza para los humanos,
Proudmoore está convencido de que los orcos nunca cambiarán y por eso no
pueden ser perdonados. Los viejos odios florecen como la hierba
nuevamente. Después de una salvaje batalla contra la guardia de élite
del Almirante, finalmente Daelin Proudmoore, el último héroe de la
Alianza vivo luego de la Segunda Guerra, cae ante el hacha de Rexxar.
Perdido su líder, las tropas de Kul Tiras abandonan la batalla.

Jaina cae ante el cuerpo inerte de su padre, sin oportunidad de
reconciliarse con él. Thrall, Rexxar y la Horda respetan el dolor de la
maga y abandonan Theramore. Una vez en la costa orca, Thrall ofrece a
Rexxar un lugar entre los orcos, pero el Mok?nathal rechaza la oferta y
regresa a las montañas, no sin antes asegurar a Thrall que él siempre
será parte de la Horda y vendrá a ella cuando se le necesite. Rexxar
parte de nuevo hacia las salvajes tierras de Kalimdor, dejando a Durotar
seguro, y a Theramore, tumultuosa. Las puertas de un nuevo conflicto
entre la Horda y la Alianza han sido abiertas.!

Abaddon
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Fecha de inscripción : 16/04/2013

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